Publicado en durangon.com, 03.07.2011
Urkiola y su entorno es para los ciudadanos de Durangaldea un lugar mitológico cerca de la morada de Mari, un lugar místico de los devotos de San Antonio, un lugar mítico para los amantes del ciclismo y un lugar mágico para los amantes de la montaña.
Este pasado fin de semana se celebró allí la subida a Urkiola. Nada más y nada menos que la XV edición de la prueba. Una carrera de coches que organiza Durangalde Racing Elkartea.
Debo reconocer que no soy gran aficionado a este deporte, pero me siento muy identificado con los organizadores. Creo reconocer los sentimientos que les invaden. Cuando uno organiza un evento así sabe que asume riesgos, interioriza que tocará trabajar, que habrá dificultades en la financiación… pero espera del resto respeto y colaboración.
Aviso en los ‘Zezenak dira’
En las pasadas fiestas patronales de Durango, en los ‘sanfaustos’ del año 2010, durante el primer fin de semana el número de menores que anduvo por el recorrido de los “Zezenak dira” fue importante. Las autoridades municipales y la Ertzaintza se hicieron eco de aquella circunstancia, y advirtieron del riesgo de la prohibición del “Zezenak dira” en caso de repetirse. En aquella ocasión la llamada a la responsabilidad de instituciones y demás agentes surtió efecto. El segundo fin de semana no hubo tantos excesos.
Debo reconocer que aquella circunstancia me marcó. Sí, porque hace ya muchos años, cuando hicimos un trabajo para la ikastola citábamos como actos inequívocamente más durangueses el reparto de ‘artopilak’ y ‘Zezenak dira’. Y ahora al ver los segundos peligrar… se me encogía el corazón de durangués. Y es que no sería por un asunto legal, de seguros o financiación, sino por los propios ciudadanos. Los propios durangueses parecíamos capaces de cargarnos el acto más significativo de las fiestas, tras un montón de años de historia.
Último Rally subida a Urkiola
Y ahora ha sido el rally a Urkiola. Quienes actuaron de forma incívica, no respetando las zonas de seguridad, agrediendo a los jueces o no recogiendo los residuos generados en lo que estaba llamado a ser una fiesta del automovilismo, no son conscientes del trabajo, voluntad y esfuerzo que hay detrás de un acto así. Quiero pensar que si hubiesen sabido, habrían actuado de otra forma.
Pero la resultante es que no habrá más subidas a Urkiola. Los organizadores, que tan sólo aspiraban a recibir a cambio de tanto trabajo y esmero, un poco de respeto y colaboración, no han recibido ni eso, y se ha roto… Se ha roto la voluntad de unos pocos jóvenes que han tomado la iniciativa (¿alguien decía que estaban dormidos?) de forma autotélica y altruista (¿alguien decía que los jóvenes eran egoístas?) para ofrecer a su afición, a su deporte favorito, a su país, a su comarca, a Urkiola… un poco de su tiempo.
Todo hubiese sido mucho más cómodo para nuestras conciencias si la administración hubiese prohibido el acto. Las razones podían haber sido medioambientales, de ruido, tráfico u otras. Pero no, esta vez, el destino ha querido que sean los propios promotores quienes hagan despertar nuestras conciencias. Dicen estar “hundidos”. Sólo espero que todos tomemos nota y actuemos en consecuencia. Aunque sólo sea por egoísmo, porque queremos que se sigan organizando actos de este tipo para que nosotros disfrutemos, ¡tomemos nota!