Publicado en durangon.com, 06.02.2011.
Decía Miguel de Unamuno que le preocupaba el futuro, pues era allí donde iba a pasar el resto de sus días. Evidentemente, también a mi me preocupa el futuro. Pero veo que, tras la cumbre hispano alemana de esta semana, nadie está demasiado preocupado sobre cómo y con quién vamos a construir el futuro. La Sra. Merkel, cuya economía vuelve a ser una verdadera locomotora, ha anunciado que necesita un montón de miles de especialistas cualificados para cubrir otros tantos empleos en Alemania, y parece que los va a captar en el estado.
Una operación redonda, ¿o no?
La maquinaria ya se ha puesto a rodar. Los servicios de empleo alemán y español están ya colaborando dentro del marco de la red EURES de movilidad laboral europea. Analizando la operación con visión a corto plazo, nos encontramos ante una jugada maestra; Zapatero se quita algunos desempleados de la lista del INEM y Merkel cubre esos puestos de trabajo que no logra cubrir.
Pero mirándolo más sosegadamente, observaremos que los desempleados que se irán son los mejor preparados y España nunca tendrá capacidad de desarrollar una economía del conocimiento, ya que el conocimiento se habrá fugado.
Y esto no es baladí. Se estima que formar a un estudiante en educación superior cuesta al erario público algo más de 9.000€ anuales (datos EURYDICE, Junio 2009). Si los perfiles que se marchan a Alemania son ingenieros, arquitectos o técnicos, habrán pasado cinco años, cuando menos, en sus estudios universitarios por lo que la inversión que, como país, hemos hecho en esos jóvenes asciende a 45.000€. Este es un esfuerzo común, realizado con las aportaciones tributarias de todos los contribuyentes, confiando que esa inversión revertiría de nuevo en la sociedad. Esto tiene un nombre, se llama pérdida de capital humano.
Euskadi se parece más a Alemania
Afortunadamente, la situación vasca es diferente. Las tasas de desempleo no llegan a los niveles del estado y el tejido empresarial es más especializado, pudiendo presumir de un tejido industrial y científico-tecnológico importante, que también acoge a los más cualificados.
Los datos corroboran estas afirmaciones. En 2007 el peso de los trabajadores con estudios universitarios sobre el total de la población activa era del 31% y el aumento de la población ocupada con estudios universitarios entre 2001 y 2007 ha sido del 50% (Prospektiker, 2008). Aún tomando el peor de los escenarios económicos contemplados en el estudio, que puede parecerse al que nos está tocando transitar, “Aproximación a la adecuación de la oferta del Sistema Universitario Vasco a la demanda laboral de egresados universitarios en el año 2018” (Prospektiker, 2008) en Euskadi se prevé un déficit de 11.500 puestos técnicos y profesionales científicos en esta década.
Durangaldea; una pequeña aportación
En Durangaldea, con la tradición industrial que atesoramos deberíamos atrevernos a exportar algo del conocimiento que existe en nuestro tejido empresarial. Esta aportación se podría articular en torno a un campus universitario con un humilde postgrado en ingeniería de la automoción en nuestra comarca.
Los universitarios vendrían a Durangaldea, tras cursar el grado (cuatro años) en centros como la escuela de Ingenieros de San Mamés o ESIDE en Deusto, a completar sus estudios con un postgrado (un curso académico) en automoción, que podrían simultanear con experiencias científicas aplicadas en AIC (Automotive Intelligence Center) de Amorebieta-Etxano o con prácticas laborales en las empresas de la zona. ¿Se lo imaginan? Podrían pasar por aquí grandes expertos en automoción, incluso los mejores estudiantes internacionales que quieran enfocar su carrera profesional hacia la automoción.
Entonces podríamos decirle a Merkel, que nos envíe a algunos de sus conciudadanos, para que nosotros los formemos para su potente industria automovilística. ¡Cómo cambia esto las cosas! Pero de momento, sólo podemos ver cómo la canciller alemana busca capital humano en otros países europeos.