Publicado en durangon.com, 06.04.2010

“Doctor, desde el pasado octubre de 2008 no me vengo encontrando bien, y tras tomarme la temperatura este pasado 28 de febrero, vengo a ver si podemos hacer algo”. Estas serían, imagino yo, las palabras que la paciente “Comarca del Duranguesado” le podría decir a su médico de cabecera al entrar en la consulta. Y es que un incremento del 82% en el número de desempleados (según estadísticas del INEM del pasado 28 de febrero de 2010), no puede sino preocupar a cualquier organismo que se tercie.

Ya han llegado a Durangaldea las dosis de calmantes desde la administración foral para crear nuevos empleos de seis meses, desde el flamante Gobierno Vasco ha llegado el plan +Euskadi09 con un efecto balsámico para unos pocos que hayan agotado la prestación contributiva por desempleo, y desde Madrid, Zapatero, nos ha recetado obras en forma de Plan E, que por unos segundos nos han entretenido y hecho pensar que el dolor no existía. Nuestros ayuntamientos, en la mayoría de los casos como buenos auxiliares sanitarios, se han empleado a fondo para llegar al máximo de pacientes posibles, racionando bien las dosis que de uno y otro lado les han llegado.

Pero me gustaría pensar que todos estos facultativos, administradores diligentes, han auscultado bien al paciente, han revisado su historia médica y han contrastado con sus colegas de profesión las interrogantes que les plantea el cuadro médico. Porque cada paciente es un ser irrepetible, distinto, que merece toda su atención.

A diagnósticos diferentes, remedios específicos

Quisiera llamar la atención de los/las doctores/as sobre algunos síntomas significativamente diferentes a los de el resto de Bizkaia, que la comarca de Durangaldea viene mostrando, y son a mi entender dignos de reseña.

Fijándonos en la historia médica del paciente, tenemos que, según datos del EUSTAT, las estructuras económicas de los municipios de Durangaldea, si bien son muy similares entre sí (correlaciones superiores al 0,98), distan bastante de la estructura del tejido productivo del resto de Bizkaia (correlación del 0,79). Esta diferencia se debe, principalmente, a que en Durangaldea el peso del sector industrial es del 46,6% de la economía, frente a un 24,9% en el Territorio Histórico de Bizkaia, lo que hace que en general la economía en ambos lugares se comporte de manera desigual. Una muestra clara de ello es que el incremento del desempleo en Bizkaia ha sido del 55%, tomando como referencia el comienzo de la crisis el pasado de octubre de 2008, y del 82% en Durangaldea.

Otro indicador más son los EREs (Expedientes de Regulación de Empleo) autorizados a lo largo de 2009 y los dos primeros meses de 2010. Durangaldea ha sufrido el 22% de los EREs autorizados por el Gobierno Vasco en toda Bizkaia en ese periodo, que incluyen al 30% de los afectados por ERE de todo el Territorio. Sobra cualquier observación, si se añade que sólo el 8% de la población de Bizkaia vive en Durangaldea.

Llegados a este punto, parece claro que las recetas de los facultativos deberán ser, cuando menos, algo diferentes a las de los médicos de Bizkaia, Euskadi y España.

Activar los anticuerpos

Pero este enfermo debe remontar su situación desde sus propios resortes, desde su propio organismo. El cuerpo genera anticuerpos para contrarrestar la enfermedad. Y toda esta medicina que el doctor nos ha suministrado, apenas sirve para atenuar el dolor. A largo plazo, la formula para no recaer será, sólo, que el propio tejido empresarial y social de Durangaldea haya generado sus anticuerpos. En este sentido, los agentes locales deben diseñar una estrategia industrial a largo plazo, partiendo de las fortalezas actuales. Sin lugar a dudas, merece la pena seguir luchando por la vida de este paciente, en realidad, nos va el bienestar común futuro en ello.

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