Publicado en durangon.com, 13.03.2011
Los caprichos del calendario han querido que este pasado martes, 8 de marzo, coincidieran el día internacional de la mujer y el preestreno de la película “Cuidadores” del vasco Oskar Tejedor. O quizá nada fuera casualidad, y la coincidencia sirva para que ahondemos en una reflexión sobre los nuevos retos que como sociedad tenemos en materia de igualdad.
“Cuidadores”
El cineasta vasco Oskar Tejedor ha recogido en una película documental de 90 minutos historias reales de familiares de personas con enfermedades neurodegenerativas de Gipuzkoa. La película tiene un valor importante para socializar el papel ‘resilente’, por lo resistente y silencioso del mismo, que miles de personas cuidadoras anónimas realizan día a día con las personas mayores en sus domicilios.
El film tiene la virtud de poner ante los focos a las personas cuidadoras, que se estima son más de 20.000 en el Territorio Histórico de Bizkaia. Se trata del principal “servicio social” del Territorio y tiene en ‘plantilla’ cuatro veces más ‘trabajadores’ que todas las residencias vizcaínas juntas.
La denominada Ley de Dependencia (Ley 39/2006 de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia) ha querido reconocer el trabajo de las personas cuidadoras informales, remunerándolo con una prestación o ayuda. Concretamente, en Bizkaia a comienzos de marzo, el número de prestaciones por cuidados en el entorno familiar supera los 4.000 (según datos del SAAD).
¡Cuidado!
En los últimos años, la incorporación de las mujeres al mundo laboral en igualdad de condiciones ha sido uno de los grandes caballos de batalla. Actualmente, el nivel de actividad laboral de las mujeres en edad de trabajar es un 12% menor al de los hombres (según datos del EUSTAT para 2009), si bien el ‘gap’ se ha ido recortando año a año. En Durangaldea nos podemos sentir privilegiados (unas y otros), aunque no completamente satisfechos, por haber logrado que la diferencia sea sólo de un 2%. El objetivo debe ser una incorporación al mercado de trabajo igualitaria, equiparable con el norte de Europa.
Sin embargo, los focos de atención por la igualdad han de cambiar con los tiempos. Los ajustes que se realizan en el equilibrio social, como el reconocimiento a las personas cuidadoras informales que mencionaba anteriormente, pueden provocar desajustes en otros equilibrios sociales, como es la incorporación de la mujer al mercado laboral.
Así, la crisis, el incremento de las personas mayores en situación de dependencia y las prestaciones para los cuidados en el entorno familiar han empujado a muchas personas al cuidado de las personas dependientes en el hogar. Los datos del SAAD muestran que el 94% de las personas que lo hacen son mujeres, por lo que corremos el riesgo de estar desandando el camino de incorporación de la mujer al mercado laboral. Quiero pensar que no… ¡Cuidado!